Las industrias chinas aguardan por la definición entre Pekín y Washington. Preocupación en la industria argentina por la suba de importaciones.
A mediados de mayo, en un intento por frenar la escalada de la guerra comercial que Donald Trump había reactivado, EEUU y China sellaron una tregua arancelaria de 90 días, con vencimiento el 12 de agosto. El mes en donde debería producirse el consenso ya empezó y los empresarios argentinos están en ?estado de alerta? por la búsqueda del gigante asiático de reubicar su oferta en el mercado interno.
El acuerdo entre ambas potencias redujo temporalmente los aranceles que regían sobre productos chinos, que en su punto más alto llegaron al 145%, para dejarlos en el 30%. Sin embargo, el período de "stand by" está por terminarse y la cuenta regresiva genera un movimiento defensivo por parte de China.
En cambio, aquellos países que no están incluidos en el "anexo norteamericano", que incluye aranceles recíprocos individualizados, sostienen la base mínima de aumento, que es de 10%.
Sin embargo, la industria del acero advierte por quedar excepcionalmente marginada de este arancel: "El acero argentino no está dentro de ese acuerdo de 10%, ni tampoco está en la mesa de negociación. O sea, las exportaciones de aluminio y acero a EEUU pagan 50%", resalta una alta fuente del sector.
Bajo este contexto, las industrias del país de Xi Jinping, que encuentran restringido su acceso al mercado norteamericano, comienzan a redirigir su oferta hacia América Latina. Como Argentina no es la excepción, para el empresariado nacional esto genera un contexto alarmante, en medio de la baja recuperación del consumo interno y una apertura comercial cada vez más laxa.
Fuente: Ámbito Financiero